Desmiento la creencia popular. Esta bici eléctrica no es como una moto con acelerador. Gracias a Intersport Irabia y Focus, hace ya varias semanas que tengo nueva compañera. Ellos la llaman e-bike. Aunque su nombre oficial es Focus Jarifa Impulse. Quise aprovechar una de estas tardes de sol para cambiar la oficina por una primera experiencia con ella. Opté por subir la “chincheta” más dura de la cuenca, la higa de Monreal. Mientras me vestía, cargué su batería. Y la observé. Viste un completo shimano XT, potentes frenos Magura hidráulicos, ruedas 27,5 y llantas DT Swiss Spline. Llevó más de dos décadas sobre ruedas, pero nunca, hasta ahora, había probado una eléctrica. Y la primera impresión resultó espeluznante. Comencé a pedalear y… la ayuda me arrastró de forma inexorable. Como decía, no se parece a una moto con acelerador. La ayuda sólo llega al pedalear. Se trata de un proceso complejo de sensores. Ellos calculan cuando echarte un cable “de motor”, según la presión que ejerces en pedales y bielas. La Jarifa está configurada para que la ayuda se detenga al superar los 25 km/h. Esto supone que, durante la aproximación al puerto, la ayuda va desconectada y la sensación se parece a la de viajar con alforjas en la bici.
La sombra de la higa al anochecer.
Al llegar a las rampas, toca encender el sistema Pedelec Impulse Ergo. Ofrece tres tipos de impulso: eco, sport y power. Cuanto mayor es la ayuda, menor es la autonomía de kilómetros. En este caso, optó por una ayuda total, la power. Y comienzo a pedalear. Es un pedaleo suave, a 20 km/h por las primeras cuestas, unas rampas de hasta un 15%, sobre un asfalto que va dando paso a baches y piedras sueltas. con unas vistas de película. Cerca del km 4, surgen las primeras herraduras en el trayecto. Entonces, dejo de pedalear. El impulso provoca que la entrada en la curva sea rápida. Me parece mentira que en diez minutos haya hecho la mitad del camino. Cuántas veces habré echado el corazón por la boca subiendo la higa con la BTT o la bici de carretera.
Cerca del km 6, ya sin asfalto y con un suelo de graba, a la Jarifa le doy un 10 en terrenos complejos. Se debe a la horquilla (una RockShox Recon Silver RL 100 mm de recorrido) y al sistema Shift Sensor, que detecta los cambios de ritmo e interrumpe el impulso de motor por una fracción de segundo. Así, el cambio de corona se hace rápido, como en una bicicleta convencional y con un intervalo muy breve para bajar la marcha del motor.
Ya diviso las antenas. Miro la pantalla de la bici. Resultado: he llegado en menos de la mitad de tiempo de lo que me suele costar normalmente, poco más de 20 minutos. En la cima me saludan el clásico viento cruzado de la higa y unas panorámicas para echarse a volar. Me toco la frente. Ni una gota de sudor. Tampoco necesito, como en otras ocasiones, ropa de abrigo. Sólo me dedico a disfrutar del paisaje. Y allá, en las alturas, pienso ya en cómo será una prueba más dura con mi compañera la focus Jarifa. Puro doping…