Ciudad Fronteriza

Escuchar al violinista Pablo Sarasate dando un concierto desde su habitación del hotel La Perla. Imaginarse a Hemingway tomando una copa en la Plaza del Castillo. Contemplar al ciclista Miguel Induráinganando un Tour más. Sentirse espachurrado pero eufórico ante el inicio de los Sanfermines en la Plaza del Ayuntamiento. Dejar de respirar durante segundos ante la carrera de los toros por la calle Estafeta…

Correr por el Casco Antiguo de Pamplona llena la retina de imágenes. Son reproducciones de fiesta, pero también de historia. Y se suceden en una ciudad que, dicen, es para digerir bien, ante sus barras repletas de pintxos de competición.

Capital de un reino, devastada y vuelta a levantar, se mira este año ante sus murallas. Un 2015 en el que se cumplen 50 años de su derribo. Fue en 1915, pasadas las guerras carlistas y cuando la aviación en la Gran Guerra demostró su inutilidad.

Corran y vean pues una ciudad mecida en el río Arga y con pulmones como el parque de la Taconera.