Una ruta de postal con olor a pólvora
Correr por Estella sacude el olor a pólvora y hambre del siglo XIX. En esos años la que la ciudad se convirtió en la Meca del Carlismo. Aquella guerra de alpargatas y boina roja late hoy en placas como la de la plaza de los fueros y, sobre todo, en el actual Museo del carlismo. Conocida como la Toledo del Norte, hoy, la tercera población de Navarra, con 13.000 habitantes, constituye un ejemplo de postal de ciudad románica con sus palacios, conventos y casas señoriales.
Un rincón que inspiró a autores como Baroja y Valle Inclán. Nacido al calor del Camino de Santiago e influido por el judaísmo, en el siglo XV este núcleo se popularizó como "Estella la bella". Una belleza que encierra, según la primera guía de viajes de la historia queda data del siglo XI y que reproducen las actuales, “toda clase de felicidad”.